"1930-1932: El 6 de septiembre de 1930, el Gral. José Félix Uriburu encabezó un golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen, histórico líder del radicalismo. En 1931 se realizaron elecciones en la provincia de Buenos Aires. En ellas, los radicales yrigoyenistas triunfaron. El gobierno anuló las elecciones y proscribió al radicalismo. En adelante, para evitar un nuevo triunfo del yrigoyenismo, los conservadores y sus aliados impusieron la práctica sistemática del fraude electoral –al que denominaron “fraude patriótico”- que caracterizaría a toda la década.
1932-1938: El fraudulento triunfo electoral recayó sobre el Gral. Agustín P. Justo, candidato de la Concordancia (alianza entre conservadores, radicales antipersonalistas y el partido socialista independiente), quien asumió la presidencia el 2 de febrero de 1932. Seis años más tarde, el Gral. Agustín P. Justo culminó su mandato y se realizaron nuevas elecciones, también sustentadas en el fraude.
1938-1943: Luego de las elecciones asumió la presidencia Roberto Ortiz, candidato de la Concordancia. Roberto Ortiz provenía del radicalismo antipersonalista y su compañero de fórmula, Ramón Castillo, era un representante de los grupos conservadores más tradicionales. En 1940, Ortiz enfermó y asumió la presidencia Castillo. Entretanto, la recurrencia del fraude electoral generó fuertes disidencias en importantes sectores de la población. También participaban de ella sectores de las Fuerzas Armadas que proponían, además, un cambio de la política económica y en el rol estratégico del Estado. El 4 de junio de 1943, un grupo de oficiales y coroneles del Ejército, denominado “GOU” (Grupo de Oficiales Unidos), de manifiestas simpatías por el fascismo, lideró un nuevo golpe de Estado que desalojó a Castillo del poder.
1943-1946: El presidente designado por los militares, Arturo Rawson, se vio obligado a renunciar por conflictos internos del grupo golpista y el 6 de junio asumió como presidente del gobierno provisional el Gral. Pedro Ramírez. Los conflictos político-ideológicos dentro de las Fuerzas Armadas fueron agudizándose, desencadenando, en febrero de 1944, la destitución del Gral. Pedro Ramírez. Asumió la presidencia, entonces, el Gral. Edelmiro Farrell. Entretanto, el coronel Juan D. Perón había sido designado director del Departamento Nacional de Trabajo. Desde allí estableció fuertes vínculos con el sindicalismo y el movimiento obrero, ocupando un lugar cada vez más relevante en el gobierno. El 8 de octubre de 1945, los militares opuestos a Perón forzaron su renuncia a todos sus cargos, el 12 de octubre quedó detenido, y el 17, una movilización masiva de trabajadores exigió su libertad. Para ese entonces, presionado por la oposición, el Gral. E. Farell había convocado a “elecciones completamente libres”. Éstas se realizaron a comienzos de 1946.
1946-1955: El 24 de febrero de 1946, la fórmula Perón-Quijano, del recién conformado Partido Laborista, triunfó con un 52% de los votos y Perón asumió por primera vez la Presidencia de la Nación. Seis años más tarde, al culminar su mandato, se realizaron nuevas elecciones en las que las mujeres votaron por primera vez y el Gral. Juan D. Perón fue reelecto. El segundo gobierno peronista estuvo signado por la crisis económica y la polarización político-social entre el peronismo y el antiperonismo. El 16 de septiembre de 1955, las Fuerzas Armadas lideraron un nuevo golpe de Estado autodenominado “Revolución Libertadora".
1955-1958: El Gral. Eduardo Lonardi fue designado presidente y el Alte. Isaac Rojas, vicepresidente. El Gral. Lonardi era partidario de sostener acuerdos con algunos sectores del gobierno depuesto. En noviembre de 1955 fue forzado a renunciar y reemplazado por el Gral. Pedro Aramburu. El peronismo fue proscripto y esto significó, principalmente, la exclusión del Partido Peronista de futuras elecciones, la prohibición de nombrar públicamente a Perón y a Evita, de esgrimir símbolos peronistas, etcétera. Las elecciones generales fueron convocadas para 1958, pero la proscripción del peronismo habría de durar hasta 1972.
1958-1962: Las elecciones de 1958 le dieron el triunfo a Arturo Frondizi, candidato de la Unión Cívica Radical Intransigente, proclive a las negociaciones con el peronismo. Si bien al comienzo de su mandato Arturo Frondizi contaba con el respaldo del movimiento proscripto, de los gremios y de importantes sectores de la izquierda, pronto, ante las consecuencias de la política económica implementada, lo fue perdiendo. La protesta social resultó violentamente reprimida por el Plan CONINTES. En las elecciones legislativas de marzo de 1960 el “voto en blanco peronista” representó el 25% de los sufragios, mientras que el partido de Frondizi, la UCRI, obtuvo el 20%. En las elecciones provinciales de marzo de 1962, Frondizi permitió la presentación de candidatos peronistas. El triunfo de éstos en varias provincias –especialmente en la de Buenos Aires– provocó un hondo malestar en las Fuerzas Armadas y Frondizi decretó la intervención de esta provincia (y la de otras donde también había triunfado el peronismo) y la anulación de los comicios. No obstante, preocupadas por el pasado “acuerdista” del gobierno y por su postura abstencionista ante el “caso cubano” (postura que asumió la Argentina en la reunión de Cancilleres de la Organización de Estados Americanos realizada en 1962, en la que se decidió la exclusión de Cuba del sistema interamericano), el 29 de marzo las Fuerzas Armadas anunciaron que el gobierno había sido depuesto.
1962-1963: Tras el golpe militar, en tanto el vicepresidente, Alejandro Gómez, había renunciado, asumió la presidencia provisional de la Nación -hasta las elecciones del año siguiente- José María Guido, presidente del Senado. El gobierno de Guido estuvo totalmente subordinado al poder de las Fuerzas Armadas.
1963-1966: Las elecciones nacionales del 7 de julio de 1963 le dieron el triunfo a Arturo Humberto Illia, candidato de la Unión Cívica Radical del Pueblo. En esa oportunidad, el peronismo llamó a votar en blanco. Así, el candidato ganador obtuvo el 25% de los votos emitidos, en tanto el voto en blanco (19%) constituyó la segunda fuerza. Esto significaba que el nuevo gobierno iniciaba su gestión con una importante falta de representatividad. Las fuertes oposiciones que la política económica llevada adelante por Illia provocó en los sectores vinculados al capital extranjero y el “plan de lucha” que, en un contexto de alza de precios y despidos, llevó adelante la CGT, profundizaron la gravedad de los conflictos político-económicos y el delicado equilibrio institucional comenzó a resquebrajarse. Finalmente, el 28 de junio de 1966, las Fuerzas Armadas, apoyadas por importantes sectores –entre los que se encontraban tanto el sindicalismo, como el capital extranjero y una gran cantidad de medios de comunicación–, derrocaron al gobierno constitucional de Arturo Illia.
1966-1973: La dictadura instaurada el 28 de junio de 1966 se autodenominó "Revolución Argentina". Ese mismo día, el Gral. Juan C. Onganía asumió la presidencia de la Nación. La política económica llevada adelante por la nueva dictadura favorecía, fundamentalmente, al capital extranjero y a los sectores a él asociados. El gran malestar que esta política generaba en los sectores medios y populares y la fuerte oposición ante su creciente autoritarismo provocaron una movilización política y social sin precedentes que culminaría expulsando a los militares del poder –y cuyo acontecimiento más emblemático fue “el Cordobazo”-. Un año después de este estallido popular, el Gral. Onganía fue reemplazado por el Gral. Roberto M. Levingston, quien a su vez fue reemplazado, en marzo de 1971, por el Gral. Alejandro A. Lanusse. La persistencia de la movilización social obligó a este último dictador a pensar una salida institucional que incluyera al peronismo. En noviembre de 1972 se suprimió la proscripción del peronismo y se convocó a elecciones para marzo del año siguiente. La única limitación de la convocatoria electoral fue “la cláusula de residencia”, que establecía que no podían ser candidatos quienes no estuvieran residiendo en el país con anterioridad a noviembre de 1972, o sea, el Gral. Juan D. Perón, quien desde 1955 estaba exiliado.
1973-1976: Las elecciones del 11 de marzo de 1973 le dieron el triunfo a la fórmula del peronismo Cámpora-Solano Lima. El 25 de mayo, Héctor Cámpora asumió la presidencia. El 13 de julio de ese mismo año, tras los conflictos desatados en el interior del peronismo con el regreso de Perón a la Argentina, que con el tiempo no harían más que agravarse, Cámpora y su vicepresidente renunciaron. Asumió interinamente la presidencia Raúl Lastiri, titular de la Cámara de Diputados. Entretanto, se suprimió la “cláusula de residencia” y se convocó a nuevas elecciones para septiembre. En éstas, la fórmula Perón- Perón triunfó con un 62%. El Gral. Juan D. Perón iniciaba su tercera presidencia. El 1º de julio de 1974, Perón falleció y lo sucedió su esposa y vicepresidenta María Estela Martínez de Perón, “Isabel”. En un contexto de profunda crisis económica y política, el 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas derrocaron al gobierno de Isabel Perón e instauraron la última y más sangrienta dictadura militar de la historia argentina.
1976-1983: Entre marzo de 1976 y diciembre de 1983, el país estuvo gobernado por las Fuerzas Armadas. Éstas implementaron una política represiva sin precedentes, sustentada en el ejercicio del terrorismo estatal. La anulación de los derechos y garantías constitucionales, la desaparición masiva y sistemática de personas, el funcionamiento de cientos de centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, la apropiación de bebés nacidos en cautiverio o secuestrados junto a sus padres, los miles de presos políticos y exiliados; y una política económica sustentada en la desindustrialización del país y la especulación financiera, fueron, quizás, los rasgos más notorios del último régimen militar. Los dictadores que se sucedieron en este período fueron los generales: Jorge Rafael Videla (1976-1981); Roberto Viola (1981); Leopoldo Fortunato Galtieri (1981-1982) y Reynaldo Bignone (1982-1983). Tras la derrota en la Guerra de Malvinas (junio de 1982), la dictadura militar atravesó un proceso de acelerado desprestigio. La presión del movimiento de derechos humanos, tanto nacional como internacional, los efectos de la política económica implementada y las exigencias de la sociedad civil, obligaron a los militares a retirarse del poder. Las elecciones fueron convocadas para el 30 de octubre de 1983. Ese día el triunfo recayó en el candidato de la Unión Cívica Radical. Raúl Alfonsín gobernó el país hasta el 8 de julio de 1989".
1932-1938: El fraudulento triunfo electoral recayó sobre el Gral. Agustín P. Justo, candidato de la Concordancia (alianza entre conservadores, radicales antipersonalistas y el partido socialista independiente), quien asumió la presidencia el 2 de febrero de 1932. Seis años más tarde, el Gral. Agustín P. Justo culminó su mandato y se realizaron nuevas elecciones, también sustentadas en el fraude.
1938-1943: Luego de las elecciones asumió la presidencia Roberto Ortiz, candidato de la Concordancia. Roberto Ortiz provenía del radicalismo antipersonalista y su compañero de fórmula, Ramón Castillo, era un representante de los grupos conservadores más tradicionales. En 1940, Ortiz enfermó y asumió la presidencia Castillo. Entretanto, la recurrencia del fraude electoral generó fuertes disidencias en importantes sectores de la población. También participaban de ella sectores de las Fuerzas Armadas que proponían, además, un cambio de la política económica y en el rol estratégico del Estado. El 4 de junio de 1943, un grupo de oficiales y coroneles del Ejército, denominado “GOU” (Grupo de Oficiales Unidos), de manifiestas simpatías por el fascismo, lideró un nuevo golpe de Estado que desalojó a Castillo del poder.
1943-1946: El presidente designado por los militares, Arturo Rawson, se vio obligado a renunciar por conflictos internos del grupo golpista y el 6 de junio asumió como presidente del gobierno provisional el Gral. Pedro Ramírez. Los conflictos político-ideológicos dentro de las Fuerzas Armadas fueron agudizándose, desencadenando, en febrero de 1944, la destitución del Gral. Pedro Ramírez. Asumió la presidencia, entonces, el Gral. Edelmiro Farrell. Entretanto, el coronel Juan D. Perón había sido designado director del Departamento Nacional de Trabajo. Desde allí estableció fuertes vínculos con el sindicalismo y el movimiento obrero, ocupando un lugar cada vez más relevante en el gobierno. El 8 de octubre de 1945, los militares opuestos a Perón forzaron su renuncia a todos sus cargos, el 12 de octubre quedó detenido, y el 17, una movilización masiva de trabajadores exigió su libertad. Para ese entonces, presionado por la oposición, el Gral. E. Farell había convocado a “elecciones completamente libres”. Éstas se realizaron a comienzos de 1946.
1946-1955: El 24 de febrero de 1946, la fórmula Perón-Quijano, del recién conformado Partido Laborista, triunfó con un 52% de los votos y Perón asumió por primera vez la Presidencia de la Nación. Seis años más tarde, al culminar su mandato, se realizaron nuevas elecciones en las que las mujeres votaron por primera vez y el Gral. Juan D. Perón fue reelecto. El segundo gobierno peronista estuvo signado por la crisis económica y la polarización político-social entre el peronismo y el antiperonismo. El 16 de septiembre de 1955, las Fuerzas Armadas lideraron un nuevo golpe de Estado autodenominado “Revolución Libertadora".
1955-1958: El Gral. Eduardo Lonardi fue designado presidente y el Alte. Isaac Rojas, vicepresidente. El Gral. Lonardi era partidario de sostener acuerdos con algunos sectores del gobierno depuesto. En noviembre de 1955 fue forzado a renunciar y reemplazado por el Gral. Pedro Aramburu. El peronismo fue proscripto y esto significó, principalmente, la exclusión del Partido Peronista de futuras elecciones, la prohibición de nombrar públicamente a Perón y a Evita, de esgrimir símbolos peronistas, etcétera. Las elecciones generales fueron convocadas para 1958, pero la proscripción del peronismo habría de durar hasta 1972.
1958-1962: Las elecciones de 1958 le dieron el triunfo a Arturo Frondizi, candidato de la Unión Cívica Radical Intransigente, proclive a las negociaciones con el peronismo. Si bien al comienzo de su mandato Arturo Frondizi contaba con el respaldo del movimiento proscripto, de los gremios y de importantes sectores de la izquierda, pronto, ante las consecuencias de la política económica implementada, lo fue perdiendo. La protesta social resultó violentamente reprimida por el Plan CONINTES. En las elecciones legislativas de marzo de 1960 el “voto en blanco peronista” representó el 25% de los sufragios, mientras que el partido de Frondizi, la UCRI, obtuvo el 20%. En las elecciones provinciales de marzo de 1962, Frondizi permitió la presentación de candidatos peronistas. El triunfo de éstos en varias provincias –especialmente en la de Buenos Aires– provocó un hondo malestar en las Fuerzas Armadas y Frondizi decretó la intervención de esta provincia (y la de otras donde también había triunfado el peronismo) y la anulación de los comicios. No obstante, preocupadas por el pasado “acuerdista” del gobierno y por su postura abstencionista ante el “caso cubano” (postura que asumió la Argentina en la reunión de Cancilleres de la Organización de Estados Americanos realizada en 1962, en la que se decidió la exclusión de Cuba del sistema interamericano), el 29 de marzo las Fuerzas Armadas anunciaron que el gobierno había sido depuesto.
1962-1963: Tras el golpe militar, en tanto el vicepresidente, Alejandro Gómez, había renunciado, asumió la presidencia provisional de la Nación -hasta las elecciones del año siguiente- José María Guido, presidente del Senado. El gobierno de Guido estuvo totalmente subordinado al poder de las Fuerzas Armadas.
1963-1966: Las elecciones nacionales del 7 de julio de 1963 le dieron el triunfo a Arturo Humberto Illia, candidato de la Unión Cívica Radical del Pueblo. En esa oportunidad, el peronismo llamó a votar en blanco. Así, el candidato ganador obtuvo el 25% de los votos emitidos, en tanto el voto en blanco (19%) constituyó la segunda fuerza. Esto significaba que el nuevo gobierno iniciaba su gestión con una importante falta de representatividad. Las fuertes oposiciones que la política económica llevada adelante por Illia provocó en los sectores vinculados al capital extranjero y el “plan de lucha” que, en un contexto de alza de precios y despidos, llevó adelante la CGT, profundizaron la gravedad de los conflictos político-económicos y el delicado equilibrio institucional comenzó a resquebrajarse. Finalmente, el 28 de junio de 1966, las Fuerzas Armadas, apoyadas por importantes sectores –entre los que se encontraban tanto el sindicalismo, como el capital extranjero y una gran cantidad de medios de comunicación–, derrocaron al gobierno constitucional de Arturo Illia.
1966-1973: La dictadura instaurada el 28 de junio de 1966 se autodenominó "Revolución Argentina". Ese mismo día, el Gral. Juan C. Onganía asumió la presidencia de la Nación. La política económica llevada adelante por la nueva dictadura favorecía, fundamentalmente, al capital extranjero y a los sectores a él asociados. El gran malestar que esta política generaba en los sectores medios y populares y la fuerte oposición ante su creciente autoritarismo provocaron una movilización política y social sin precedentes que culminaría expulsando a los militares del poder –y cuyo acontecimiento más emblemático fue “el Cordobazo”-. Un año después de este estallido popular, el Gral. Onganía fue reemplazado por el Gral. Roberto M. Levingston, quien a su vez fue reemplazado, en marzo de 1971, por el Gral. Alejandro A. Lanusse. La persistencia de la movilización social obligó a este último dictador a pensar una salida institucional que incluyera al peronismo. En noviembre de 1972 se suprimió la proscripción del peronismo y se convocó a elecciones para marzo del año siguiente. La única limitación de la convocatoria electoral fue “la cláusula de residencia”, que establecía que no podían ser candidatos quienes no estuvieran residiendo en el país con anterioridad a noviembre de 1972, o sea, el Gral. Juan D. Perón, quien desde 1955 estaba exiliado.
1973-1976: Las elecciones del 11 de marzo de 1973 le dieron el triunfo a la fórmula del peronismo Cámpora-Solano Lima. El 25 de mayo, Héctor Cámpora asumió la presidencia. El 13 de julio de ese mismo año, tras los conflictos desatados en el interior del peronismo con el regreso de Perón a la Argentina, que con el tiempo no harían más que agravarse, Cámpora y su vicepresidente renunciaron. Asumió interinamente la presidencia Raúl Lastiri, titular de la Cámara de Diputados. Entretanto, se suprimió la “cláusula de residencia” y se convocó a nuevas elecciones para septiembre. En éstas, la fórmula Perón- Perón triunfó con un 62%. El Gral. Juan D. Perón iniciaba su tercera presidencia. El 1º de julio de 1974, Perón falleció y lo sucedió su esposa y vicepresidenta María Estela Martínez de Perón, “Isabel”. En un contexto de profunda crisis económica y política, el 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas derrocaron al gobierno de Isabel Perón e instauraron la última y más sangrienta dictadura militar de la historia argentina.
1976-1983: Entre marzo de 1976 y diciembre de 1983, el país estuvo gobernado por las Fuerzas Armadas. Éstas implementaron una política represiva sin precedentes, sustentada en el ejercicio del terrorismo estatal. La anulación de los derechos y garantías constitucionales, la desaparición masiva y sistemática de personas, el funcionamiento de cientos de centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, la apropiación de bebés nacidos en cautiverio o secuestrados junto a sus padres, los miles de presos políticos y exiliados; y una política económica sustentada en la desindustrialización del país y la especulación financiera, fueron, quizás, los rasgos más notorios del último régimen militar. Los dictadores que se sucedieron en este período fueron los generales: Jorge Rafael Videla (1976-1981); Roberto Viola (1981); Leopoldo Fortunato Galtieri (1981-1982) y Reynaldo Bignone (1982-1983). Tras la derrota en la Guerra de Malvinas (junio de 1982), la dictadura militar atravesó un proceso de acelerado desprestigio. La presión del movimiento de derechos humanos, tanto nacional como internacional, los efectos de la política económica implementada y las exigencias de la sociedad civil, obligaron a los militares a retirarse del poder. Las elecciones fueron convocadas para el 30 de octubre de 1983. Ese día el triunfo recayó en el candidato de la Unión Cívica Radical. Raúl Alfonsín gobernó el país hasta el 8 de julio de 1989".
Fuente: MEMORIA ABIERTA; MIN.DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA; y MIN.DE EDUCACIÓN DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES (2006): "La primavera de los pueblos", en De memoria. Buenos Aires, CD Rom, vol. I, 2da. edición. ISBN-10: 987-20711-5-2.
4 comentarios:
Por Dios que largo período!!! Pero la información es realmente EXCELENTE me ayudó muchísimo.Muchas gracias!!!
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Muchas gracias por toda esta informacion me ayuda mucho para un trabajo
muchisimas gracias!!! esta buenisima la informacion y muy completa!!
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